Cruzando el río Guacerique en las afueras de Tegucigalpa, la corriente se tornó peligrosa y la pequeña imagen de la Virgen María que llevaba consigo cayó al agua.
Nacional. En tierras hondureñas, la luz de la Virgen de Suyapa resplandece como un faro espiritual, siendo la Santa Patrona de Honduras y el epicentro de una profunda devoción en la cultura del país. Cada año, miles de hondureños convergen en el Santuario de Suyapa en Tegucigalpa para rendir homenaje a esta venerada figura. Hace 277 años, en 1747, la historia de la Virgen de Suyapa comenzó con el humilde campesino Alejo Benítez.
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Cruzando el río Guacerique en las afueras de Tegucigalpa, la corriente se tornó peligrosa y la pequeña imagen de la Virgen María que llevaba consigo cayó al agua. Después de intensas horas de búsqueda, Alejo encontró la imagen flotando en la superficie del río. Este hallazgo fue considerado un milagro, marcando el inicio de la devoción ferviente hacia la Virgen de Suyapa. Cada 3 de febrero, los hondureños celebran el aniversario de este encuentro milagroso.
En este 2024, miles de fieles se unirán a la conmemoración del 277 aniversario, acudiendo al Santuario de Suyapa y otros lugares de peregrinación para expresar su fe y gratitud a la patrona espiritual y protectora de Honduras. Conocida como «La Morenita», la Virgen de Suyapa se ha convertido en un símbolo de identidad y unidad para el pueblo hondureño.
Sus 12 estrellas, que rodean su cabeza, simbolizan los 12 apóstoles de Jesucristo, destacando la conexión profunda con la tradición cristiana. Este simbolismo, arraigado en el Libro de Apocalipsis, capítulo 12, refuerza la imagen de la Virgen como madre espiritual y protectora, vinculando la fe, la cultura y la historia de Honduras.